Desde la reciente asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2025, las monedas latinoamericanas han experimentado fluctuaciones significativas. Las políticas comerciales y arancelarias implementadas por la nueva administración han generado volatilidad en los mercados cambiarios de la región.
Una de las medidas más impactantes ha sido la imposición de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, y del 10% a las de China. De acuerdo con Cinco Días (El País), esta decisión ha provocado una apreciación del dólar estadounidense frente a diversas divisas latinoamericanas. El peso mexicano, por ejemplo, sufrió una devaluación considerable, alcanzando niveles que no se veían desde 2022. Antes de las elecciones, el tipo de cambio era de 1 USD por 1,088 MXN, y recientemente ha caído a 1,03 MXN por dólar, según el mismo medio.
En Colombia, el peso también ha mostrado una tendencia a la depreciación. Según Infobae, el 17 de enero de 2025, el dólar cerró en un promedio de $4.344,37 COP, y las proyecciones indican que podría alcanzar los $4.500 COP en el primer semestre del año. Esta situación se atribuye a la fortaleza del dólar a nivel global y a las expectativas de políticas comerciales más estrictas por parte de Estados Unidos.
El real brasileño no ha sido ajeno a estas fluctuaciones. De acuerdo con Reuters, tras las declaraciones de Trump sobre posibles recortes en las tasas de interés y una postura más suave en materia arancelaria, el real se apreció un 0,62%, cotizándose a 5,8875 unidades por dólar. Sin embargo, la volatilidad persiste debido a la incertidumbre en las políticas comerciales estadounidenses.
Analistas financieros señalan que la fortaleza del dólar frente a las monedas latinoamericanas se debe, en parte, a la búsqueda de activos seguros por parte de los inversores ante la incertidumbre global.
Además, las expectativas de mayores tasas de interés en Estados Unidos y una política monetaria más restrictiva contribuyen a la apreciación del dólar. Según Cinco Días, estos factores han incrementado la presión sobre las economías emergentes, afectando su estabilidad cambiaria.