La Administración Trump ha aprobado la producción inmediata de energía utilizando carbón limpio, según informes recientes. Esta decisión forma parte de la estrategia más amplia del gobierno para impulsar la producción de energía fósil y reducir las regulaciones ambientales. El presidente Trump ha afirmado en varias ocasiones que Estados Unidos tiene la tecnología para entregar “carbón limpio”, un término que ha sido criticado por expertos y ambientalistas.
El carbón limpio, o “clean coal” en inglés, se refiere a un conjunto de tecnologías que buscan reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros contaminantes de las centrales eléctricas que utilizan carbón. Aunque estas tecnologías pueden lograr eficiencias más altas y reducir las emisiones en comparación con las centrales convencionales, siguen siendo costosas y no han sido ampliamente implementadas a gran escala.
La aprobación de la producción de energía con carbón limpio es parte de la agenda de “dominio energético” de la Administración Trump, que busca aumentar la producción de combustibles fósiles y reducir las regulaciones ambientales. Esta política ha sido criticada por grupos ambientalistas que argumentan que el carbón, incluso el “limpio”, sigue siendo una fuente de energía contaminante y que el gobierno debería enfocarse en fuentes de energía renovable como el sol y el viento.
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