El presidente Donald Trump ha afirmado que China está interesado en tener buenas relaciones con Estados Unidos. Según informes de la prensa internacional, Trump ha destacado que las conversaciones entre ambos países han estado en curso y que hay un deseo mutuo de mejorar las relaciones bilaterales. Sin embargo, las relaciones entre EE. UU. y China han experimentado tensiones recientemente debido a una serie de medidas comerciales y políticas.
El 3 de marzo de 2025, la administración Trump aumentó los aranceles sobre las importaciones chinas del 10% al 20% a través de una orden ejecutiva, citando que China “no ha tomado medidas adecuadas para aliviar la crisis de drogas ilícitas a través de acciones de aplicación conjunta”. En respuesta, el Ministerio de Finanzas de China anunció una serie de contramedidas arancelarias sobre productos agrícolas estadounidenses, incluyendo un arancel del 15% sobre productos como pollo, trigo, maíz y algodón, y un arancel del 10% sobre productos como sorgo, soja, cerdo, carne de res, productos acuáticos, frutas, verduras y productos lácteos. Estos aranceles entrarán en vigor el 10 de marzo.
Además, el 21 de febrero de 2025, Trump firmó un Memorando Presidencial de Seguridad Nacional que dirige al Comité de Inversiones Extranjeras en los Estados Unidos (CFIUS) a restringir las inversiones de entidades afiliadas a China en sectores estratégicos de EE. UU., como tecnología, infraestructura crítica, salud, agricultura, energía y materias primas. Esto se basa en la afirmación de que las potencias extranjeras, incluyendo China, “dirigen sistemáticamente y facilitan inversiones en compañías y activos estadounidenses para obtener tecnologías de punta, propiedad intelectual y ventaja en industrias estratégicas”.
Por otro lado, el 4 de febrero de 2024, China impuso aranceles sobre importaciones estadounidenses y anunció controles de exportación sobre 25 productos de tierras raras, citando la necesidad de “proteger la seguridad nacional e intereses y cumplir con obligaciones internacionales como la no proliferación”. Esto ocurre en el contexto de las tensiones comerciales y las acusaciones de EE. UU. sobre la importación de fentanilo y otras sustancias ilícitas.