El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha alcanzado niveles récord de popularidad según el último indicador de aprobación del Daily Mail.
Una encuesta realizada por Quantus Insights entre el 24 y el 26 de febrero de 2025 mostró que la tasa de aprobación de Trump se sitúa en el 51%, mientras que el 45% desaprueba su gestión, lo que le da un margen positivo de seis puntos. Esto es un descenso desde el 53% de aprobación que tenía en una encuesta anterior realizada entre el 10 y el 12 de febrero, donde el 44% desaprobaba su gestión, dando un margen positivo de nueve puntos.
Además, una encuesta de The Economist/YouGov realizada entre el 16 y el 18 de febrero entre 1,603 adultos estadounidenses situó la aprobación de Trump en el 50%, con un 45% desaprobando. Otra encuesta de The Economist/YouGov entre el 23 y el 25 de febrero entre 1,604 ciudadanos adultos estadounidenses mostró que la aprobación de Trump se situaba en el 48%, con un 45% desaprobando su desempeño en el trabajo.
A pesar de estos aumentos en la popularidad, Trump enfrenta desafíos significativos. Recientes encuestas sugieren que su popularidad podría estar disminuyendo debido al pesimismo sobre el estado de la economía. En la última encuesta de The Economist/YouGov, la aprobación de Trump en cuanto a la economía bajó un punto al 45%. Según una encuesta de Reuters/Ipsos realizada entre el 12 y el 18 de febrero, el 53% de los estadounidenses creen que la economía está en el camino equivocado, frente al 43% en la encuesta de Reuters/Ipsos del 24 al 26 de enero.
Esto podría representar un desafío para Trump, quien prometió que la inflación “desaparecería completamente” bajo su liderazgo. Sin embargo, según un informe del Departamento de Trabajo, enero vio el mayor aumento en los precios al consumo en casi 18 meses. Después de que Trump anunciara aranceles sobre bienes de Canadá, México y China, los hogares estadounidenses esperan un aumento en la inflación. Goldman Sachs estimó previamente que estos aranceles podrían aumentar la inflación en un 1% mientras reducen los beneficios de las empresas estadounidenses y arriesgan medidas de represalia de otras naciones.