El fabricante japonés Nissan Motor ha confirmado un plan de reestructuración global que contempla el despido de hasta 20,000 empleados, lo que representa el 15% de su plantilla global, y el cierre de siete plantas de producción en todo el mundo. Esta medida es parte de un esfuerzo por reducir costos y mejorar la rentabilidad en medio de una crisis financiera sin precedentes.
Según informes, Nissan enfrenta una pérdida neta de 4,600 millones de euros (aproximadamente 5,000 millones de dólares) para el año fiscal 2024, lo que marca su peor resultado anual en más de una década. La crisis se ha visto agravada por el fracaso de las negociaciones para una alianza estratégica con Honda y los efectos de la guerra comercial entre EE. UU. y China.
El plan de reestructuración, conocido como “Re:Nissan”, fue anunciado por el nuevo CEO de la compañía, Ivan Espinosa, y contempla la reducción de la red de producción de 17 a 10 plantas antes del cierre del año fiscal 2027. Aunque no se han anunciado públicamente las ubicaciones específicas que serán cerradas, se espera que afecte tanto plantas nacionales en Japón como extranjeras.
Los despidos y el cierre de plantas forman parte de un esfuerzo más amplio para adaptarse a la electrificación de la industria automotriz y competir con marcas emergentes. Nissan busca concentrarse en mercados donde aún tiene margen de rentabilidad y avanzar hacia una producción más centrada en vehículos eléctricos y SUVs.
El anuncio ha generado preocupación entre empleados, sindicatos y gobiernos locales, ya que la pérdida de empleos podría tener efectos devastadores en la economía local. Nissan ha asegurado que ofrecerá paquetes de compensación para despidos voluntarios y programas de reubicación interna o jubilación anticipada.