La decisión de la Casa Blanca de imponer aranceles a productos de México, Canadá y China tuvo un impacto inmediato en la economía estadounidense, especialmente en el sector tecnológico.
“Vamos a imponer aranceles a los microchips (…) al petróleo y al gas”, anunció el expresidente Donald Trump desde la Oficina Oval, señalando que la medida también incluirá al acero.
La noticia generó incertidumbre entre los inversionistas, lo que llevó a una ola de retiros en la bolsa antes del cierre de la semana. Entre las empresas más afectadas estuvo NVIDIA, que sufrió una caída del 2.98% en su valor bursátil, según Patrick O’Hare, analista de Briefing.com, en declaraciones a la agencia AFP.
En este contexto, Trump se reunió el 31 de enero con el director general de NVIDIA, Jensen Huang, en la Casa Blanca. Este encuentro se produjo en medio de la preparación de nuevos aranceles a la importación de semiconductores y el auge de la empresa china de inteligencia artificial DeepSeek.
Tras la reunión, el expresidente calificó a Huang como “un gran caballero” y describió el encuentro como “bueno”, aunque evitó revelar detalles sobre posibles medidas futuras. Sin embargo, reiteró su intención de aplicar aranceles a los chips y añadió que la lista de productos sujetos a estas tarifas incluiría fármacos, medicinas, acero, aluminio, cobre y bienes provenientes de la Unión Europea.
Las tensiones comerciales se suman a la creciente preocupación por el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial en China. La semana pasada, la empresa DeepSeek lanzó un chatbot gratuito que, según sus creadores, fue desarrollado con una fracción del costo de sus competidores estadounidenses.
En pocos días, la aplicación se convirtió en la más descargada en la App Store de Apple, lo que generó una fuerte reacción en el mercado. Las acciones tecnológicas perdieron cerca de un billón de dólares, mientras que los títulos de NVIDIA llegaron a desplomarse hasta un 17% en su punto más bajo.
El rápido ascenso de DeepSeek ha intensificado las preocupaciones sobre la posición de liderazgo de Estados Unidos en el sector de la IA y podría influir en las decisiones de política comercial y tecnológica de la administración Trump en los próximos meses.