Según informes recientes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) de EE. UU., México es actualmente el principal país de origen del fentanilo que llega a los Estados Unidos.
Aunque China es un importante productor de precursores químicos utilizados en la fabricación de fentanilo, la mayoría del fentanilo que llega a EE. UU. se produce clandestinamente en México, utilizando estos precursores provenientes de China.
La DEA ha afirmado que los carteles mexicanos, como el Cartel de Sinaloa, están en el centro de la crisis de narcóticos sintéticos en los Estados Unidos. Estos carteles han estado produciendo grandes cantidades de fentanilo desde al menos 2012.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha afirmado que aunque en México se han desmantelado varios laboratorios de fentanilo, la mayoría de los precursores químicos provienen de Asia.
Además, ha señalado que los laboratorios desmantelados en México son principalmente para la producción de metanfetamina. Sin embargo, la DEA ha argumentado que el Cartel de Sinaloa domina el mercado de fentanilo a través de la manipulación de la cadena de suministro global y la proliferación de laboratorios clandestinos de fentanilo en México.
Por otro lado, aunque Canadá también ha sido mencionado como un país con un creciente problema de producción de fentanilo, su impacto en el tráfico internacional de esta droga es menor en comparación con México. Según expertos, aunque hay producción de fentanilo en Canadá, no hay indicios de que se esté traficando en cantidades significativas hacia EE. UU.
El problema del fentanilo ha escalado en los últimos años, convirtiéndose en una crisis de salud pública en los Estados Unidos. Según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las muertes por sobredosis de fentanilo han aumentado significativamente en los últimos cinco años. En 2023, más de 100,000 personas murieron por sobredosis de fentanilo, lo que representa un aumento del 20% en comparación con 2022.
Este aumento en las muertes por sobredosis ha llevado a una mayor atención y esfuerzos por parte del gobierno estadounidense para combatir el tráfico de fentanilo. En 2024, el gobierno de EE. UU. lanzó una serie de medidas para fortalecer la lucha contra el tráfico de drogas sintéticas, incluyendo el aumento de la vigilancia en las fronteras y la cooperación internacional con países como México y China.
China ha sido identificado como un importante productor de precursores químicos utilizados en la fabricación de fentanilo. Según informes de la DEA, estos precursores son esenciales para la producción de fentanilo y otros opiáceos sintéticos. Aunque China ha tomado medidas para regular y controlar la producción de estos precursores, la demanda de fentanilo en los Estados Unidos ha llevado a un aumento en la producción clandestina de estos precursores en otros países.
El aumento en la disponibilidad de fentanilo ha tenido un impacto devastador en la salud pública en los Estados Unidos. Según el CDC, el fentanilo es 50 a 100 veces más potente que la morfina, lo que aumenta el riesgo de sobredosis. Además, el fentanilo a menudo se mezcla con otras drogas, como la heroína y las pastillas de oxígeno, lo que aumenta el riesgo de sobredosis accidental.
En respuesta a la crisis de fentanilo, el gobierno de EE. UU. ha implementado una serie de medidas para combatir el tráfico de esta droga. Estas medidas incluyen el aumento de la vigilancia en las fronteras, la cooperación internacional con países como México y China, y la implementación de programas de prevención y tratamiento para las personas adictas a fentanilo.
Sin embargo, la medida más severa ha sido la reciente decisión de la Casa Blanca de imponer aranceles de 25% a productos importados desde México, Canadá y China, como represalia por el descuido de estos países de permitir el ingreso de esta droga en los E.E.U.U.